En el ámbito de la sexualidad existen muchos mitos, algunos de los cuales tienen que ver con el condón femenino y que aquí te desmentiremos.
El condón femenino es incómodo (o difícil de usar)
El condón femenino es tan sencillo de usar y de colocar como el masculino. De hecho, el anillo externo ayuda a guiar la inserción. Además, su tamaño se adapta a diferentes formas. Solo es necesario leer bien las instrucciones y practicar un par de veces para familiarizarse con su uso.
El condón femenino reduce el placer sexual
Los condones femeninos están diseñados para brindar tanta satisfacción y placer como los masculinos. Su material, resistente y delgado a la vez, permite una experiencia sexual placentera sin sacrificar la sensibilidad. Incluso, hay quienes afirman que su textura (de poliuretano o nitrilo) aumenta las sensaciones durante el acto sexual.
El condón femenino no protege contra las infecciones de transmisión sexual (ITS)
Al igual que el condón masculino, el condón femenino es una barrera que impide el contacto directo entre fluidos corporales, lo cual reduce el riesgo de infección por ITS.
Si se usa el condón femenino ya no es necesario usar el condón masculino (o viceversa)
La combinación de estos dos preservativos, o de otros métodos, aumenta la seguridad y disminuye el riesgo de fallos.
Consideraciones finales
El condón femenino es tan seguro, eficaz y placentero como el masculino. Al igual que este, su uso correcto se irá afianzando conforme más se practique y se utilice durante las relaciones sexuales.