Sexualidad

Triunfo de las “sultanas de la red” en el Europeo es opacado por críticas a la sexualidad de algunas jugadoras

La selección de voleibol es muestra de la polarización de un país en el que los Gobiernos del presidente Recep Tayyip Erdogan llevan más de dos décadas intentando extender el islam en la vida pública, frente a los grupos que defienden la laicidad del Estado

Las campañas de odio en redes sociales han tenido como principal objetivo a Ebrar Karakurt, una de las estrellas de la selección y jugadora abiertamente lesbiana. Instagram/@abreusmelisavargas
Por:  Diverso

Pese a que la selección femenina de voleibol de Turquía ganó ayer domingo el Europeo, convirtiéndose en símbolo de poder y autonomía para la mujer, hay quienes las acusan de violar los valores del islam.

Su victoria de ayer (3 a 2) frente a Serbia en la final fue transmitida en directo en plazas y calles de Turquía, en una inédita muestra de interés por el deporte femenino en el país. Sin duda, su éxito en el Europeo es la culminación de un trabajo que lleva labrándose desde que en 2003 quedaron en segundo lugar y se situaron como una de las selecciones más potentes del mundo.

Además, el pasado mes de julio "las sultanas de la red", como sus fans las llaman con cariño, ganaron su primer título, la Liga de las Naciones.

Dividen opiniones

Sin embargo, más allá de lo deportivo, la selección de voleibol es muestra de la polarización de un país en el que los Gobiernos del presidente Recep Tayyip Erdogan llevan más de dos décadas intentando extender el islam en la vida pública, frente a los grupos que defienden la laicidad del Estado fundado en 1923 por Mustafa Kemal Atatürk.

Conforme las jugadoras iban convirtiéndose en auténticas heroínas nacionales durante los últimos años, también crecieron las críticas que recibían de círculos ultracoservadores que consideran que sus actitudes, e incluso su estética, violan los valores del islam.

Por ejemplo, en 2021, durante los últimos Juegos Olímpicos de Tokyo, el clérigo ultraconservador Ihsan Senocak, que había ocupado varios cargos públicos, pidió en la red social Twitter (ahora X) a las "hijas del islam" no ser las "sultanas de la pista" sino de la "fe, la castidad, la moralidad, la modestia y la decencia". Además, en las redes sociales se han desatado campañas contra las jugadoras, que no se cubren el pelo, no ocultan su cuerpo y lucen peinados llamativos.

Por el contrario, los círculos más liberales y laicos destacan a las jugadoras como símbolo de la liberación de la mujer. Así pues, tras la victoria el pasado miércoles contra Polonia, una de las jugadoras, Zehra Günes, reivindicó que las jugadoras contribuyen a que Turquía avance hacia la sociedad moderna y laica reivindicada por el fundador de la República.

"Como mujeres turcas, tratamos de ser modelos para las generaciones futuras, iluminando el camino que mostró Atatürk", afirmó.

Jugadoras lesbianas

Las campañas de odio en redes sociales han tenido como principal objetivo a Ebrar Karakurt, una de las estrellas de la selección y jugadora abiertamente lesbiana, quien ha publicado fotos con una chica de la que se da por hecho que es su pareja.

De hecho, justo antes de la final del domingo, Melih Gökcek, ex alcalde de Ankara y miembro del AKP, el partido islamista que gobierna Turquía, exigió la expulsión de Karakurt de la selección por su homosexualidad.

Sin embargo, el propio presidente Erdogan ha felicitado a las jugadoras en X, refiriéndose a ellas como sultanas de la red y asegurando que el país se siente "orgulloso" de su éxito.

Aemás, fue el propio Erdogan quien entregó a Melissa Vargas, otra jugadora de la que se afirma habitualmente que es homosexual, su documento de identidad turco, cuando la jugadora de origen cubano se nacionalizó en abril de 2021.

Un amargo avance 

El psiquiatra Selcuk Candansayar considera que la admiración desatada por el triunfo de la selección supone un avance respecto a cuando los hombres seguían partidos de voleibol femenino sólo para "mirar las piernas de las mujeres".

Este avance tiene lugar pese a que el Gobierno se sirve de grupos islamistas para una misión religiosa "misógina que intenta convertir a la mujer en un accesorio subordinado al hombre", escribió hoy el experto en el diario BirGün.

Por último, Candansayar acusa al Gobierno y al AKP de "hipocresía" y de intentar capitalizar políticamente el éxito deportivo de la selección, pero sin pronunciarse sobre quienes "han cometido crímenes de odio contra ellas".

Con información de agencia EFE

JN

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