Irán Castillo es una cantante y actriz mexicana que tocó los cuernos de la luna en la década de los años 90 y principios del 2000, pues participó en exitosas producciones como Agujetas de color de rosa y Soñadoras, y también porque debutó en la música (como solista) con el pie derecho gracias al tema “Yo por él”.
“Tiempos nuevos”
Aunque Irán Castillo inició siendo parte del grupo Mosquitas Muertas cuando era niña, logró más éxito durante su etapa de solista, ya que para entonces era muy conocida gracias a las novelas de Televisa en las que participaba como actriz juvenil.
“Tiempos nuevos” fue el nombre de su disco debut como solista, lanzado en 1997, del cual se desprendió como primer sencillo “Yo por él”, sin embargo, no es el tema del cual nos referiremos aquí.
“La flor del paraíso”
Esta peculiar canción fue el tercer y último sencillo de “Tiempos nuevos” y es la razón por la cual te traemos esta nota, ya que habla acerca de una relación sexual. Si no nos crees (o no te acuerdas), ¡checa el video y presta atención a la letra!
Letra y análisis
Te dejamos aquí debajo fragmentos de la letra junto con algunos comentarios.
Cómo voy a resistir,
si la noche puede más que yo,
tú decides por los dos,
no me hagas daño.
No te has dado cuenta, tiemblo,
el deseo no sabe callar,
y tira tanto que me arranca el alma.
Desde el inicio de la canción ya tenemos a Irán diciéndole a alguien más que decida por ambos “esta noche” y que no le haga daño. Además, menciona que no puede resistirse y que el deseo no sabe callar. Claramente, hace referencia al momento previo a un encuentro sexual, ¿no crees?
Lento por favor,
poco a poco llévame hasta el cielo,
no es bueno tener prisa.
Lento por favor, véndame los ojos,
quiero cortar por ti la flor del paraíso.
¿BDSM?
En caso de que desconozcas el término, el BDSM son las siglas de Bondage, Disciplina, Dominación/Sumisión y Sadismo/Masoquismo; es decir prácticas sexuales eróticas. Ahora bien, si te fijas, en el coro de la canción se hace mención a que el otro “haga algo lento” y le pide, por favor, que le vende los ojos; lo cual suele ser común durante las prácticas BDSM (el estar con los ojos vendados implica quedar a merced de la otra persona).