¿Alguna vez te has percatado de que casi de manera inmediata en que el clima comienza a hacer más frío, las personas también comienzan a enfermarse mucho más? Pese a que las principales enfermedades que se producen durante la temporada fría del año pueden aparecer en cualquier otra época. No obstante, es durante el otoño e invierno cuando más proliferan y afectan a un mayor número de personas, por lo que en esta ocasión te tramos las enfermedades que más tienden a parecer en el frío de la navidad.
¿Qué propicia el contagio?
La baja humedad del aire y el aumento de la contaminación del aire son factores de muy alto riesgo para quienes padecen enfermedades respiratorias crónicas y alergias. Además, el clima frío lleva a las personas a buscar ambientes cerrados, con poca ventilación, lo cual favorece la transmisión de bacterias y virus.
Con un clima más seco y frío, nuestro cuerpo reduce de forma natural la producción de moco, sustancia encargada de nuestra protección, situada en las vías respiratorias, que se extiende desde la nariz, pasa por los bronquios y la tráquea, y llega a los pulmones. Cuando un virus, bacteria o alérgeno entra al cuerpo a través de la nariz, el moco captura y elimina esta sustancia no deseada, ya sea al toser, estornudar o tragar.
Los grupos de personas que exigen más cuidados durante este período frío son los niños y los ancianos, que tienen un sistema inmunológico más frágil que el de los adolescentes y los adultos.
Además de ellos, las personas con enfermedades crónicas, como diabetes, cáncer y sida, también se ven más afectadas. Pero no nos equivoquemos: todo el mundo puede verse afectado por una de estas enfermedades.
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Gripe y/o resfriados
Comúnmente se confunden resfriado y gripe, a pesar de ser dos enfermedades diferentes.
El resfriado dura de cuatro a cinco días y puede durar hasta dos semanas. Es una infección viral más leve, que procede con lo siguiente: estornudos, secreción nasal, conjuntivitis y dolor de garganta.
El tratamiento se lleva a cabo con analgésicos y antipiréticos, que, aunque no curan la enfermedad –como sólo el tiempo lo hace– sí ayudan a aliviar la mayoría de los síntomas. Para prevenir esto, debes de lavarte muy bien las manos y adquiera el hábito de lavarse la nariz diariamente con solución salina.
La gripe es una infección viral del tracto respiratorio superior, que dura de cinco a siete días, los síntomas más comunes son: fiebre, secreción nasal, dolor de garganta y dolor en las articulaciones. La mejor forma de evitar la gripe es vacunarse anualmente, lavarse bien las manos y la nariz y evitar las aglomeraciones.
Bronquitis
La bronquitis es la inflamación de las principales vías respiratorias de los pulmones, llamadas bronquios, que son las encargadas de transportar el aire a los pulmones. El padecimiento hace que los bronquios se inflamen, provocando síntomas como tos seca o flema, sibilancias o dificultad para respirar.
El tratamiento de la bronquitis debe realizarse con medicamentos recomendados por el médico, y para prevenirlo se recomienda no fumar, evitar ambientes muy húmedos, así como el contacto con el polvo y otras alergias. Es muy importante limpiar tu nariz con solución salina para mantener tus vías respiratorias hidratadas.
Neumonía
La neumonía es una infección aguda de los pulmones y, en la mayoría de los casos, está causada por virus, hongos o bacterias. Es bastante común en invierno y los principales síntomas son flema amarilla o verdosa, dificultad para respirar, sibilancias y fiebre. Puede aparecer después de un ataque grave de gripe o bronquitis.
Para prevenir la neumonía se recomienda lavarse las manos con frecuencia, no fumar y vacunarse contra la gripe una vez al año.
Asma
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud -OMS-, el asma una enfermedad pulmonar que se posiciona como la cuarta causa de hospitalización a nivel mundial.
Mucha gente confunde asma con bronquitis o utiliza los términos “bronquitis asmática” o “bronquitis alérgica”. A pesar de implicar también inflamación en los bronquios, el asma es una enfermedad inflamatoria crónica, en la mayoría de los casos, de origen alérgico, es decir, que comienza por una causa individual.
El asma es una inflamación de los pulmones y las vías respiratorias. Aunque es más común en niños, también afecta a personas mayores y adultos.