Salud

Pedro Sola confiesa a cuántos amigos perdió a raíz de la epidemia del VIH

La llegada del VIH a México generó mucho desconocimiento, por lo que gran parte de la población que la padecía perdió la vida en muy poco tiempo

A su consideración, nunca ocultó su orientación sexual y asegura que su madre sospechaba que era homosexual. YouTube/@chapoypati
Por:  Diverso

Pedro Sola se sinceró en una entrevista con Pati Chapoy (para su canal oficial de YouTube) y, además de contar el reconocimiento de su homosexualidad desde joven, también habló acerca de cómo vivió la pérdida de amistades y conocidos durante la epidemia del VIH, la cual tuvo su punto más alto a finales de los 80 y principios de los 90.

El también conductor de "Ventaneando" fue entrevistado por Pati Chapoy, a quien le expresó que desde muy chico supo que era homosexual pues le gustaba apreciar el físico de sus compañeros de la escuela y no el de sus compañeras; además de que nunca se sintió atraído por los deportes, pues prefería invertir sus ratos libres para conversar con su abuela, quien le enseñó a tejer.

Su sexualidad

A su consideración, nunca ocultó su orientación sexual y asegura que su madre sospechaba que era homosexual, pues durante una cena cuando él 14 años ella le dijo que creía que a él le gustaban los hombres, lo que "Pedrito" reconoció y, aunque en un principio le dijo que fueran con el doctor, la abuela del conductor dijo que no lo llevarían a ningún lado porque esa no era una enfermedad y que, además, nunca se le iba a quitar.

"Siempre fui muy obvio en mi homosexualidad", reconoció.

Por otro lado, su padre, a quien denominó como un "ángel" por ser un hombre, recto muy educado y respetuoso, aunque escuchó su respuesta, no se inmutó ni hizo ningún gesto de desacuerdo. En cambio, siguió leyendo su periódico y la merienda prosiguió como si nada hubiera ocurrido.

Sin embargo, aunque en su casa nunca fue discriminado por su orientación, confesó que en la escuela sí tuvo que lidiar con comentarios alusivos a su homosexualidad. Por ejemplo, cuando iba en la secundaria, época en la que comenzó a usar un aparato ortopédico para mejorar su postura ya que, como la usaba debajo de su playera, cuando un compañero lo tomó por la espalda y esparció el rumor de que usaba brasier.

La especulación se aclaró al poco tiempo, cuando su profesor de francés le preguntó qué era lo que usaba debajo del uniforme, aunque ese no fue el último señalamiento al que se enfrentó pues, durante sus estudios de universidad, cuando tomaba el taller de teatro recuerda que hubo quien hizo este comentario: "Ay, mira ahí viene el maricón de Pedro Sola"; sin embargo, el amigo que lo acompañaba le dijo que no era así, que lo que pasaba es que era de los integrantes de teatro, pues en esa época se asociaba al arte con una forma más sensible de ser.

Con los años y con la ayuda de su terapeuta, Pedro se dio cuenta que lo idóneo era enamorarse de los hombres de su mismo círculo, es decir, que compartían su orientación, para evitar que a quienes pretendía tomaran a mal sus confesiones, época en la que comenzó a disfrutar más de su forma de ser.

La epidemia del VIH

En ese momento surgió la epidemia del VIH, una enfermedad de la que había mucho desconocimiento, por lo que gran parte de la población que la padecía perdió la vida en muy poco tiempo.

De hecho, reconoció que si él se salvó de la enfermedad fue porque sostuvo muy pocas relaciones sexuales a lo largo de su vida. Sin embargo, aunque no fue afectado directamente, sí fue testigo de la partida de amistades o conocidos.

"Vino la epidemia horrible del VIH y la gente se comenzó a enfermar, entonces yo empezaba a ver a mis amigos que si no hacía frío andaban medio abrigaditos y yo decía: 'Este se me hace...', porque de repente te entra paranoia, aunque yo no tenía relaciones con nadie, bueno... tenía una pareja en esa época pero ni siquiera con él tenía relaciones, porque éramos más amigos que pareja, pero de eso que ves a tu alrededor que de pronto ya se enfermó, que ya se fue al hospital y de repente se murió", rememoró.

Estragos

"Un día, con este amigo que fuimos pareja y yo, hicimos una contabilidad de la gente cercana, entre amigos, conocidos, y gente de la que a lo mejor no éramos cercanos, contamos 55 personas que murieron de VIH", precisó.

Con esto, se percató que había un proceso emocional general que atravesaban las personas que contrajeron la enfermedad quienes, al enterarse de su diagnóstico, se asustaban y alejaban de todas las personas para, más adelante, resignarse, y tomar con humor su inminente partida.

SABER MÁS:

Te compartimos la segunda parte de entrevista que le hizo Pati Chapoy a Pedro Sola, donde habla acerca de su homosexualidad y del VIH.

Con información de agencia SUN

JN

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