Aunque no es posible determinar con precisión qué produce cáncer de mama en una mujer y en otra no, sí existen factores de riesgo que, combinados, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad en alguna etapa de la vida, y se clasifican en no modificables y modificables.
Diferencias entre factores no modificables y modificables
Los factores no modificables son aquellos que no se pueden cambiar, como el género, la edad, el historial reproductivo, los antecedentes familiares y las mutaciones genéticas; mientras que los que sí pueden variar, se asocian principalmente con malos hábitos de salud, como fumar, beber alcohol, tener una dieta desbalanceada y llevar una vida sedentaria.
Presentar un factor de riesgo no significa que la persona desarrollará cáncer de mama, y no todas las circunstancias tienen el mismo efecto. Al respecto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos subrayan que gran parte de las mujeres tienen algunos factores de riesgo, pero la mayoría de ellas no padecen cáncer de mama. Sin embargo, saber acerca de estos se vuelve fundamental para seguir las estrategias de prevención adecuadas.
Factores de riesgo
Edad
El riesgo de padecer esta enfermedad aumenta con el paso del tiempo. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, la mayoría de los casos se detectan en mujeres de 50 años o más. Es por ello que la Secretaría de Salud aconseja realizarse la mastografía en edades de 40 a 69. Dicho estudio debe hacerse cada dos años en caso de que el resultado sea normal, o según indique el médico. También hay que acudir a una exploración clínica con el ginecólogo una vez al año.
Género
El cáncer de mama no es exclusivo de las mujeres, pero sí el que las aqueja mayormente. "El factor principal de riesgo para desarrollarlo, y que no es modificable, es justamente ser mujer. Todas las guías y estándares de tratamiento están basados en ellas debido a que las afecta en un 98 a 99 por ciento de los casos", señala Rafael Piñeiro Retif, jefe del departamento de Radioterapia del Doctors Hospital Auna. Además, las mamas densas tienen más tejido conjuntivo que adiposo, lo que dificulta la detección de tumores.
Historial reproductivo
El inicio de la menstruación antes de los 12 años y de la menopausia después de los 55 años exponen a las mujeres a hormonas por más tiempo, lo que incrementa el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Estilo de vida
El riesgo de padecer cáncer de mama no solo se atribuye a factores no modificables, sino también a otros que se relacionan directamente con el estilo de vida de las mujeres. La combinación de ambos eleva la probabilidad de desarrollar la enfermedad en algún punto. No mantenerse activas físicamente, tener sobrepeso u obesidad después de la menopausia y quedar embarazadas por primera vez después de los 30 años aumentan dicho peligro.
Investigaciones médicas sugieren que otros factores, como el tabaquismo, el alcoholismo, la exposición a sustancias químicas que pueden producir cáncer y cambios en las hormonas también exponen a las mujeres a desarrollar la enfermedad. De ahí la recomendación por parte de los médicos de hacer los cambios pertinentes para llevar una vida más saludable.
Finalmente, "haber recibido radioterapia en el tórax, ya sea en la etapa de la infancia o la juventud, por algún otro diagnóstico como linfoma o leucemia, incrementa el riesgo de desarrollar tumores en la zona radiada luego de 20 o 30 años de haberse sometido al tratamiento", advierte el jefe del departamento de Radioterapia del Doctors Hospital Auna. Este factor se incluye dentro de aquellos no modificables, por lo que debe considerarse al momento de valorar la historia de cada paciente.
Con información de agencia SUN
JN