Debido a que el culto al cuerpo sigue siendo sinónimo de consumir esteroides o anabolizantes, se han puesto de moda los Moduladores Selectivos de los Receptores de Andrógenos (SARMS, en inglés) ya que se toman vía oral, pero lo que no se dice es que son tóxicos para el hígado y pueden provocar tumores.
Aunque se fabrican y distribuyen de forma ilegal, generan grandes beneficios ya que un frasco gotero puede llegar a venderse a un precio de 60 euros cuando su producción no llega ni a un euro (claro, a esa ganancia hay que restarle los gastos de la distribución).
¿Qué son los SARMS y cuáles son sus riesgos?
Los SARMS (modificaciones a partir de la molécula de la testosterona) son medicamentos en experimentación, según los cataloga la Agencia Española del Medicamento, y, por tanto, está prohibida su distribución y venta. Por eso, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional han llevado a cabo recientemente varias operaciones contra ese tráfico ilegal.
Aunque algunos pueden tener ciertos beneficios (por ejemplo, la ostarina es eficaz para combatir la osteoporosis), en pruebas con ratones se han constatado efectos secundarios como cáncer.
Opinión de especialistas
Los doctores Pedro Manonelles, reputado especialista en Medicina del Deporte, catedrático en la Universidad Católica de Murcia y ex presidente de la Federación Española de Medicina del Deporte; y María José Polanco, profesora de Toxicología de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, han constatado el aumento en el uso de los SARMS pese a que son productos prohibidos en el deporte y que resultan peligrosos fuera del ámbito hospitalario y sin control médico.
Sus efectos secundarios relativamente reducidos en relación a otras sustancias utilizadas en el dopaje, como los anabolizantes y esteroides; sus efectos inmediatos en el desarrollo de la musculatura y su aplicación vía oral, facilitan su consumo, de acuerdo con estos especialistas.
De hecho, según Manonelles, los SARMS han aparecido en el dopaje desde hace unos diez años y cada vez hay más número de ellos en las listas de prohibidos: de tres se ha pasado a una docena y "están en plena expansión". Aunque los efectos secundarios reales aún no se conocen en profundidad, en los ensayos con animales se han detectado casos de hepatoxicidad.
"Si se toman por vía oral son peligrosos, son tóxicos para el hígado y pueden provocar la aparición de tumores pasado un tiempo. Es la única complicación encontrada hasta ahora", comenta el doctor.
Por su parte, la profesora Polanco apunta que la toxicidad hepática se asocia al uso de los SARMS, pero es lo poco se sabe de sus efectos secundarios, aún en estudio.
Finalmente, Polanco enfatiza: "Para la medicina los SARMS son prometedores, pero su uso recreacional o para mejorar el rendimiento deportivo no está justificado. No se pueden usar para mejorar la musculatura en un deportista de gimnasio... No es lo mismo arriesgar el uso para salvar una vida que para verse más fuerte".
Con información de agencia EFE