Todxs conocemos a Marilyn Monroe, ella fue un ícono de la sexualidad, sensualidad y la mujer más deseada por hombres como por mujeres en las décadas de los 50's, por lo que es una ironía que la mujer jamás estuviera interesada en el sexo como su fama lo hacía creer.
Podemos especular por su autobiografía que lamentablemente no pudo terminar de escribir, “My Life” que la joven Monroe no estaba interesada en el sexo como “normalmente” se está, por lo que ella llegó a preguntarse a sí misma si era una mujer lesbiana, pero sus sentimientos de repulsión hacia el sexo también los experimentaba cuando tenía relaciones con mujeres.
Fue un tema que la afectó seriamente y según declaraciones de su terapeuta podemos saber que era un tema importante que Marilyn trataba en terapia.
“Ellos podían sentir cosas que yo no podía. Y cuando comencé a leer libros me encontré con las palabras 'frígida', 'rechazada' y 'lesbiana'. Me preguntaba si yo era las tres cosas”.
Marilyn temía que expresar su desinterés por las relaciones sexuales y el mundo del erotismo afectara su carrera y su imagen de ícono erótico y sexual.
Monroe no tuvo acceso a la información sexual con la que contamos en la actualidad, ella dejó este mundo sin saber qué era la asexualidad, y quien sabe, de haber tenido el conocimiento necesario quizá se pudo haber identificado como asexual o alguna categoría del espectro.