En esta Navidad nos gustaría poner sobre la mesa el tema de aquellos juguetes que, por prejuicios, muchos hombres que nos identificamos como gays quisimos recibir de niños, pero que nunca nos los trajeron (ni Santa, ni el niño Dios ni nuestros padres).
Los juguetes son parte importante de la Navidad, pero se trataron de alinear durante mucho a las expectativas de género impuestas por una sociedad que, por fortuna, está cambiando poco a poco.
Por eso, aunque las infancias LGBT+ de hoy en día tienen mayor aceptación y pueden recibir juguetes “sin género”, hay quienes no corrimos con tanta suerte y no recibimos ciertos juguetes por no considerarse adecuados, imposibilitándonos de disfrutar de algo que quisimos.
Ejemplos de juguetes que los hombres gays quisimos recibir en Navidad y nunca tuvimos
Muñecas
Barbies, Bratz, Cabbage Patchs o Nenucos son juguetes por los que muchos hombres gays se sintieron atraídos de niños, al igual que sus respectivos accesorios.
Sin embargo, los padres de antaño consideraban que las muñecas, en general, eran juguetes “de niñas”.
Sets de cocina
Estos sets, como el famoso microhornito, hubieran sido regalos perfectos para que los niños gays de años atrás, a los que les gustaba la gastronomía, exploraran este interés.
Disfraces
Por prejuicios de género, se les negaba anteriormente a las infancias gays el recibir en Navidad trajes relacionados, por ejemplo, con princesas de Disney o bailarinas de ballet.
Consideraciones finales
No todos los adultos gays recibieron de niños los juguetes que hubiesen querido debido a estereotipos de género los cuales, por fortuna, se han ido eliminando.
Actualmente, los padres tienen mayor conciencia respecto a que los juguetes no tienen género y que las pasiones e intereses de sus hijxs no se limitan a los roles socialmente establecidos.