Sin duda, una de las ventajas de que el paraguas de la diversidad sea tan amplio, y que cada vez exista mayor apertura hacia este tipo de temáticas, es que se están visibilizando más identidades (aunque claro, no todas de igual manera); y como muestra de ello queremos compartirte acerca de la novela Thomas, de Steff Cárdenas Terán, una historia que toca de fondo una temática muy fuerte y que está aderezada con una trieja poliamorosa que disfruta del BDSM. ¡Sigue leyendo!
Thomas, Andrés y Ginger son personajes que ya habían aparecido con anterioridad en esta antología publicada en 2021:
Entrevista con la autora
¿Qué relación hay entre tu cuento “Subspace permanente” y la novela Thomas?
Desde el punto de vista «backstage», el cuento nació primero de un momento bobo que tuve con dos amigas, las tres contestamos un quiz sobre sadomasoquismo, y que rol tendríamos, ya que dentro del BDSM hay diferentes roles o tipos de sumisos o dominantes. Entonces nos dio mucha risa que las tres éramos muy diferentes, así como nuestras personalidades. Al final, había escrito un cuento de samurais (que también pueden leer gratis en la plataforma de la editorial), pero luego me decidí a investigar sobre el BDSM y acabé desarrollando más a los personajes y así nacieron Thomas, que podríamos decir me representa, y después Andrés y Ginger, que serían las otras dos chicas. En específico Ginger está un poco basado en Hikaru, la misma artista que hizo la ilustración de la portada y los interiores.
Creo que parte de mi formación me hizo investigar un montón sobre el BDSM y pensé en muchas situaciones porque, bueno, los personajes daban mucho material. Digamos que siempre me he considerado una escritora conejo, pues así como los conejos tienen un montón de hijos, yo también hago un montón de historias al mismo tiempo. Al final vi una nota de un portal de noticias local donde dos maquiladores (trabajadores de maquilas/fábricas) se agarraban a golpes en una parada de autobús y dije: “POR DIOS, necesito, NECESITO escribir esto.” Sí incluí algo como eso, aunque es tan circunstancial que no creo que nadie repare mucho en ello. Quienes lean se darán cuenta que hay escenas muy hilarantes, así que desarrollé un poco más, agregué un buen playlist, le puse un poco de magia y nació Thomas.
Si hablamos ya de la construcción narrativa, diremos que el cuento es algunos meses antes que el inicio de la novela, aunque no hay forma de relacionarlos en una línea del tiempo, no importa si no leíste el cuento o no leíste la novela, se entienden por separado, porque ambos fueron construidos para ser autoconclusivos.
Sinopsis de la novela
Dios aprieta, pero no ahorca; y a Thomas le gusta que lo ahorquen. Pero ¿hasta qué punto deja de ser placentero si a Thomas lo estrangula su pasado también? El recuerdo de su madre retumba en su cabeza como una playlist de música no chill y viene a ratos para llevarse fragmentos de su presente. Un día, una mujer extraña se para frente a la puerta de Thomas y, con ella, viene el presagio de ahorcamiento más violento que sus sesiones de BDSM. Andrés, un empresario exitoso, y Ginger, un artista plástico amante de las plantas, ambos novios de Thomas, deciden abrirle a esta mujer las puertas de su poliamoroso hogar en Tijuana, solo para abrir también una grieta en la estabilidad de su familia. «Work Song» de Hozier anuncia que la paranoia de Thomas es real, y sus novios deben ampliar su red de apoyo y mostrar de manera abierta su relación con el único objetivo de no perder al amor de su vida. Steff Cárdenas Terán nos sumerge en un drama romántico, cómico, cargado con una buena dosis de suspenso que nos dejará con el corazón a punto de salir en más de una ocasión. Con un lenguaje ligero y relajado, nos lleva a través de esta aventura nada fácil y nada placentera para la trieja protagonista de esta historia. Es, sin duda, una experiencia excitante que te amarrará hasta con el mínimo detalle y disfrutarás cada nudo que la autora ha atado minuciosamente para ti.
¿Cuáles dirías que fueron los mayores retos al escribir esta novela y por qué?
El mayor reto es que yo quería que fueran poliamorosos y que fueran parte de la comunidad BDSM. Pero, ni soy poliamorosa, ni soy parte de la comunidad BDSM. Leí muchísimas críticas, por ejemplo, del modo en que la saga de 50 sombras de Grey retrataba el BDSM y los juegos fetichistas, y también leí un montón de historias de gente que salía lastimada. Jamás voy a olvidar una nota de una pareja que trató de practicar asfixia erótica y usaron un condón como herramienta, ¡UN CONDÓN!, no acabó muy bien eso. También conocí a alguien que terminó en el hospital por una flagelación hecha con un cinturón, una de las partes acabó con marcas severas y la otra denunciada por violencia familiar, todo fatal porque no tuvieron fuente confiable para la práctica. Así que no quería hacer eso, no quería malinformar.
Para la historia, yo quería que el BDSM fuera parte de su vida (de los protagonistas) pero que no fuera una novela exclusivamente del BDSM, así que para que se sintiera «natural» me tocó investigar un montón. Hay manuales y fanzine súper interesantes sobre la práctica, hay revistas y diarios, compré mucho material y logré contactar con un círculo privado de Bondage aquí en mi ciudad, el grupo es como de diez personas y no aceptan miembros nuevos; de ellos, una pareja amablemente me respondió mensajes con preguntas, me invitaron a dos sesiones que hicieron, pero fue durante pandemia así que participé mediante zoom, también me pasaron muchos vídeos de corte pornográfico sólo con fines ilustrativos en plan: Esto no es BDSM, y otros donde me decían que eso era más o menos BDSM.
Entonces, ahí me tienen en plena pandemia por COVID viendo pornografía, viendo fotos, tratando de desmitificar la concepción del fetichismo y el BDSM, tomando apuntes, pensando en posiciones y aprendiendo sobre playlist, contratos, palabras de seguridad, juguetes y cuerdas. No soy persignada pero igual llegué a un punto que dije: Bien, suficiente.
Lo mismo hice con el poliamor, tuve que informarme mucho. Hay diferentes tipos de poliamor, hay jerarquía, convenios, hay términos que se parecen y la gente las confundimos como «relación abierta» y «poliamor», hay muchos campos aún grises; por ejemplo, desde el punto de vista histórico, jurídico y religioso. Quizás parezca sorpresivo, pero la religión es uno de mis temas favoritos, así que también indagué por ahí sobre el tema más allá de lo que dice la iglesia como institución.
Hice todos esos colchones de respaldo, y cuando me sentí un poquito segura fue que entré duro a escribir. La historia ya la tenía bastante clara, el lore de los protagonistas y el final. Sin embargo, escribir de tal manera que fuera una novela amena, «sencilla» y fácil de leer sin terminar siendo explicativa por los temas que se tocaban fue más o menos la parte complicada. Soy muy fan de escribir ensayos, así que cada tanto me detenía a releer para ver si no había convertido algún diálogo o párrafo en alguna explicación detallada de cómo hacer un correcto nudo. Suena cansado, pero en realidad me divertí demasiado escribiendo.
La novela la escribí, más o menos, dos veces: la primera vez perdí más de la mitad por culpa de mi ordenador y debo de reconocer que hubo partes que desaparecieron de mi memoria (cabeza), así que tuve que ingeniármelas para resolver los puntos que se unieran otra vez y llegarán al final que quería.
¿Cómo consideras el ambiente editorial para la publicación de obras como Thomas?
Realmente no puedo dar una opinión muy objetiva al respecto porque creo que últimamente hay editoriales que voltearon de pronto a ver a la literatura LGBTQ+ como una forma comercial de estar «en onda». Es como cuando es junio y de pronto las personas del colectivo existen, pero se acaba junio y desaparecen a toda la comunidad. Ciertamente, antes no lograbas pescar libros con este tipo de temática, eran prácticamente invisibles. No digo que no los hubiera: «El vampiro de la colonia Roma» y «El beso de la mujer araña», fueron novelas que leí durante la carrera de Literatura, y en las que no estudiamos la dinámica de las parejas sino la importancia de su construcción con ojos críticos; pero hace diez años si ibas a una librería más «comercial» y preguntabas por «novelas gays», se quedaban como en plan: “Aquí no hacemos esto», como si fuera ilegal tener libros del corte LGBTQ+.
Gracias al dios de la literatura se han creado muchas editoriales que buscan visibilizar a la comunidad, dar voz a los autores. Cada mes de junio lo pongo en mi muro, y lo seguiré haciendo hasta el día que me muera: “Los escritores tenemos una deuda histórica con la comunidad LGBTQ+.” Todos, sin importar tu preferencia o género, mientras que crecemos o ya de grandes merecemos libros con amores intensos e intelectuales como el de la Maga y Oliveira, o un personaje empoderada como Doña Bárbara, o una chica interesantísima como Holly Golightly, con los que podamos identificarnos o robarnos su personalidad sin tener que sentirnos incómodos porque son heterosexuales.
La comunidad LGBTQ+ necesita todas las historias: canónicas, de culto, que sean buenas, que sean malas, de terror, de acción, de amor, de desamor, súper cursis, súper inteligentes, súper bobas, de pasillo de supermercado y algunas, por qué no, que ganen el Nobel. Taika Editorial tiene un increíble catálogo que hacen sentir agasajado a la comunidad, las admiro muchísimo porque contribuyen a saldar esa deuda histórica.
Con «Thomas» recién acaba la preventa el día 20 de febrero y el 23 de febrero la editorial, y hubo algunas personas que ya lo obtuvieron porque se hizo una venta especial en la Hatsukoi, un evento que hubo en la CDMX, y bueno, dos personas me dijeron que les gustó, pero quién sabe, en una de esas les pagó mi mamá, así que no puedo decir mucho al respecto. ¡Mejor compren la novela y ya me cuentan qué opinan!
¿Qué le dirías a un posible lector acerca de tu novela?
Acción, drama, romance, McDonald's y un personaje muy desquiciante: Thomas, el protagonista, es toda una fichita, o lo odias o lo amas, pero indiferente seguro no quedas. Sus dos novios son increíbles. Sinceramente, estoy enamorada de ellos. Hay otros personajes secundarios que tienen su magia, y pues queda la invitación que lo lean, sé que en algún punto olvidarás que es una novela LGBTQ+, o al menos es algo que me dijo la ilustradora que hizo las imágenes, así que vayan y compren, compren, quiero comprarme una casa con las regalías (mentira, es bromis).
¿Qué otros proyectos tienes para este 2023?
Ahorita estoy por terminar la promoción de otro libro que hice en «autopublicación» de un nicho parte del BL (literatura gay) muy específico que es el omegaverse, el libro se llama «Alquitrán» y es parte de una trilogía. Así que para finales de año estaré promocionando la segunda parte que lleva por título «Jericó», está ambientado en Japón actual, y es de temática yakuza, romance, acción y un poco de drama. También estoy en la fase preliminar de edición de un libro que trata sobre un onnagata (actor del teatro kabuki que solo hace roles femeninos) y un taekwondoín mexicano, el libro se llamará «Onnagata», y es totalmente un romance LGBTQ+. Hay algunas cositas en el tintero pero como dicen por ahí: “Despacio que vamos lejos.”
SABER MÁS:
Pueden adquirir directamente su libro en Taika Editorial. Dejamos su sitio oficial y sus redes sociales:
https://taikaeditorial.com/sitio/
https://www.facebook.com/TaikaEditorial
https://www.instagram.com/taikaeditorial/
Para quienes quieran seguir más de los proyectos de la autora o simplemente platicar pueden seguirla en instagram donde sube más que nada contenido de su día a día, recomendaciones de libros, películas y, claro, adelanta sus proyectos.
En facebook sube contenido sobre animes, mangas y fanfics que suele escribir.