De acuerdo con un informe de la prensa electrónica local, la Oficina del Gobierno de Budapest multó el día de ayer a una librería por vender un libro de “Heartstopper” (con “contenido homosexual”) sin el envoltorio exigido en la sección dedicada a la literatura infantil, y ahora la librería deberá pagar 32 mil euros (603.523 pesos mexicanos o 35 mil 949 dólares).
“Heartstopper”
Es una exitosa saga gráfica de Alice Oseman (escritora asexual arromántica), cuya adaptación a serie, protagonizada por Joe Locke y Kit Connor, y producida por Netflix, estrenará su segunda temporada el próximo 3 de agosto.
Ley de defensa de menores en Hungría
Desde que se aprobó la polémica ley de defensa de menores, es la segunda vez que las autoridades multan a una librería. Dicha ley, tachada de homófoba y promovida por el Gobierno ultranacionalista del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se aprobó en 2021 y prohíbe la publicación de contenidos LGTBI+ para menores, al tiempo que relaciona la homosexualidad con la pedofilia.
Ahora la Oficina justificó la multa con que el libro juvenil “Heartstopper”, que trata del amor entre dos varones adolescentes, fue colocado en la sección para menores y sin el plástico transparente con el deben ser empaquetadas las publicaciones de este contenido.
"Para proteger a los niños, la Oficina del Gobierno de Budapest siempre tomará medidas estrictas", cita el diario digital independiente Hvg.hu a la entidad estatal.
Antecedentes
El Gobierno de Orbán y su mayoría parlamentaria que defiende una visión cristiana y tradicional de la sociedad, aprobó en 2011 una Constitución que define el matrimonio únicamente como la unión de un hombre y una mujer.
En julio de 2022, la Comisión Europea (CE) denunció a Hungría ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) por su legislación de 2021 que también prohíbe hablar sobre la orientación sexual en escuelas y medios de comunicación.
Por este motivo, Bruselas mantiene congelada la entrega a Budapest de 22 mil 000 millones de euros en fondos comunitarios mientras no se demuestre que el Gobierno húngaro garantiza que los programas para utilizarlos respetan la Carta europea de Derechos Fundamentales.
Con información de agencia EFE