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‘Don Pedrito’, el primer personaje gay en el cine mexicano

También conocido como "Doña Petrita" e interpretado por Manuel Tamés se ha convertido con el tiempo en un personaje muy querido por la comunidad LGBT+ por marcar un precedente histórico para el colectivo

'Don Pedrito", interpretado por Manuel Tames en la cinta "La casa del ogro" es considerado el primer personaje homosexual en la historia del cine mexicano. ESPECIAL/ https://www.imcine.gob.mx/

En México se han grabado películas con temática homosexual que, con el tiempo, se han convertido en cintas de culto por dar los primeros pasos en explorar a la comunidad LGBT+ como un grupo de personas con orientaciones sexuales diversas sin ridiculizarlos, como es el caso de El lugar sin límites (1971), de Arturo Ripstein.

No obstante, antes de títulos como Muchachas de uniforme (1951, Dir. Alfredo B. Crevenna) o Los plomeros y las ficheras (1988, Dir. Víctor Manuel Castro), en 1938 se estrenó la película La casa del ogro, dirigida por el productor mexicano Fernando de Fuentes, quien venía de tener éxito con filmes de temáticas revolucionarias como El compadre Mendoza (1933) y ¡Vámonos con Pancho Villa! (1935).

Basada en la novela Pot-Bouille del escritor francés Émile Zola, La casa del ogro retrata la historia de Nicanor López “El ogro” (Fernando Soler) y sus dos hijas: Clara y Julieta, quienes abandonan a su padre luego de la severidad de un castigo que les impone por comprar un par de zapatos sin su permiso.

En el camino, conocemos a un abogado corrupto, así como a un banquero insaciable de dinero; un papelero, un carpintero honrado, y un “peladito”, solidario, pero hay uno que llama la atención, y es el interpretado por Manuel Tamés: “Don Pedrito”, quien se convirtió en el primer personaje gay en la historia del cine mexicano.

Esta película marcó un antes y un después en el cine nacional debido a que, no sólo se alejó en su momento de la tendencia de hacer cintas que retrataran la “revolución” mexicana, sino que por primera vez apareció en la pantalla grande un hombre homosexual, lo que le valió a la cinta ser pionera en nuestra país en la visibilización de la diversidad sexual, aunque el hecho fuera inminente.

“Don Pedrito”, quien se autodenomina como “Doña Petrita” hace su aparición como un hombre con un bigote digno de un “ranchero”, pero afeminado, amanerado y siempre impecablemente vestido, estereotipo que, hasta el día  de hoy, continúa vigente para la mayoría de la población occidental con respecto a cómo debe de lucir y actuar un gay.

El lenguaje de “Don Pedrito” también suma elementos importantes para estereotipar a la comunidad gay, pues utiliza un vocabulario sutil y despectivo para todo aquello que va en contra de la sensibilidad y fineza que debe, supuestamente, distinguir al género femenino.

“¿Esos bigototes se lo deja usted pa’ disimular?”

Dentro de una de las escenas más recordables de la película se encuentra una de Don Pedrito y la portera del edificio vecinal, Librada, interpretada por Emma Roldán. Y es que, contrario a que parezca una conversación común entre dos inquilinos, todo parece señalar que la intención del director es resaltar los estereotipos de cada uno de sus personajes, “hazaña” de la que no se escapa ninguno de los dos.

Librada, es la portera chismosa del edificio que busca meterse en la vida de los demás, mientras que “Doña Petrita” es el vecino gay que utiliza frases como:

“Desembucha, mujer, que me estás poniendo nervioso” (con respecto a un ‘chisme’ que está por contarle Librada), para resaltar que la comunidad gay es, presuntamente, ansiosa.

“Qué tipo más chocante”, vuelve a intervenir Petrita en el desarrollo de la escena luego de que Librada le ha dicho que Nicanor está preparando una fiesta y no lo ha invitado. La innecesaria respuesta  del personaje resalta la pretensión de destacar la “supuesta” predisposición y gusto de la comunidad por la fiesta, la diversión y el libertinaje.

Otros estereotipos que se promueven en la película sobre la comunidad gay es que siempre luzcan impecables, pero estén endeudados; que sean miedosos (como cuando Petrita no lo piensa dos veces antes de decir que se irá del edificio porque “espantan” en la vivienda cuatro), y la que consideramos que es la que ha permanecido muy fresca con el paso del tiempo, que es el que preserven un bigote muy grande para lucir varonil (al fiel estilo charro de la época) y “ocultar” su homosexualidad.

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