A poco de haber terminado el año 2022 es importante resaltar lo positivo que este año nos ha dejado en materia de derechos para la comunidad LGBT+. Si bien falta mucho por hacer, no podemos dejar de lado las batallas ganadas, en este caso, las leyes creadas para combatir una necesidad especifica que tiene todo el colectivo LGBT+, y con ello brindar esperanza para seguir en la búsqueda de igualdad y justicia.
A inicios del mes de abril (2022) específicamente el día 7, una de las problemáticas más grandes dentro del Estado de Jalisco fue resulta por el Congreso, realizando una jornada histórica en favor de la diversidad sexual y sus derechos.
Con 32 votos a favor y 5 en contra, la modificación del Código Penal especifica una multa de hasta 28 mil 866 pesos mexicanos, a quienes obliguen a asistir a las llamadas “terapias” de conversión, mejor conocidas dentro de la comunidad LGBT+, como ECOSIG.
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¿Qué son los ECOSIG?
Según la Escuela Nacional de Trabajo Social-Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los ECOSIG, o “Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género”, son prácticas de diferente tipo que tiene la intención de cambiar la orientación sexual, la identidad o expresión de género de las personas homosexuales, bisexuales y trans a lo que se ha establecido como lo normativo es decir, una heterosexualidad binaria cisgénero.
Regularmente dirigidos por estafadores, líderes religiosos, organizaciones de ultraderecha e inclusive consultorios psicológicos de dudosa reputación en estos espacios se acosan, amenazan, humillan y agreden a personas del colectivo LGBT+, utilizando herramientas y “tratamientos” barbáricos, tales como exorcismos, electroshocks o las llamadas violaciones correctivas, creando auténticos centros de violaciones a los derechos humanos cayendo en consecuencias físicas, psicológicas y emocionales.
¿Qué sigue?
Sin lugar a dudas la sanción económica aplicada por el Congreso del Estado de Jalisco a este tipo de prácticas es un avance en la búsqueda de la dignidad y derechos para la diversidad sexual, no obstante, no podemos perder de vista que es necesaria la sanción penal ya que ampliar las consecuencias legales de estas actividades valida la gravedad de los llamados ECOSIG.
Dejar de lado algo tan preocupante como las terapias de conversión, es inhumano, ya que son espacios violentos, denigrantes y humillantes, golpeando directamente los derechos humanos de quienes ahí habitan.
Destacando que carecen de fundamentos médicos o psicológicos ya que de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la homosexualidad y transexualidad son una variación natural de la sexualidad humana, por lo que no pueden considerarse como enfermedades.
Sin mencionar que la OMS eliminó la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud, y en junio 2018 sacó la transexualidad de la clasificación de las enfermedades mentales, por lo que deja de considerarse como un trastorno psicológico.
Queda mucho por hacer, queda más por perfeccionar, pero 2022 fue un año donde destacó una esperanza para muchas personas LGBT+, con la idea que próximamente podamos voltear y ver una sociedad más justa, más empática, con más sentido humano. Y en algún punto con los ECOSIG estrictamente prohibidos en todo el territorio mexicano. Así que en efecto, ¡no hay nada que curar!