La sociedad como organismo vivo se encuentra en constante movimiento y cambio, por lo que para poder seguirnos comunicando de manera óptima, el lenguaje y el idioma deben tener la facilidad de adaptarse a las nuevas normas y tendencias del momento. De esa necesidad nació el lenguaje inclusivo.
¿Qué es el lenguaje inclusivo?
El lenguaje inclusivo es una herramienta lingüística que nos permite comunicarnos haciendo referencia de la diversidad sexual por la que la sociedad está compuesta. De este modo usando adjetivos, sustantivos y generalizaciones sin género se evita la exclusión del femenino. No se debe confundir con el lenguaje inclusivo no binario.
Si bien no es una invención nueva, se ha popularizado sobre todo en la última década entre la comunidad LGBT+, colectivos feministas y en menor medida entre la comunidad académica enfocada en ciencias sociales y del lenguaje.
¿Cómo funciona?
La recomendación de la comunidad académica (que no incluye a la RAE), la ONU, y algunas oenegés es que siempre que se haga uso del lenguaje verbal o escrito buscar no utilizar un género determinante cuando se esté hablando de un conjunto de personas ni asumir el género según el sexo de una persona.
Estas son algunas reglas básicas para aplicar a la hora de dirigirse a alguien:
- Aprender a diferenciar entre género gramatical, género sociocultural y sexo biológico: "La silla" puede seguir siendo referida con el artículo femenino "la", al igual que "el" puente o "la" escritura, pues forman parte del género gramátical en el español.
- No es correcto decir "los estudiantes" para referirse a hombres, mujeres y gente no binaria, pues "los estudiantes" hace referencia exclusiva al género masculino. El lenguaje inclusivo en estos casos invita a buscar emplear sustantivos colectivos y otras estructuras genéricas en caso que estemos hablando de grupos de personas, por ejemplo intercambiar la expresión "los estudiantes" por "la comunidad estudiantil" o "el alumnado".
- De ser posible consulta a la persona cómo le gusta ser nombrada.
- Evita agregar el género para referirse a una profesión, como decir la "mujer directora" cuando puedes decir simplemente "la directora". Para evitar distinciones de género.
- Hacer uso de quien(es), alguien, nadie, cualquiera y cada, seguido de un sustantivo común en cuanto al género, por ejemplo: "los que quieran ir..." por "quien/quienes quieran ir".
- Omitir el agente siempre que sea posible: Esto quiere decir que siempre que se pueda omitir el sujeto en la oración sin que esta pierda sentido se deberá hacer, como por ejemplo: "Se recuerda a los profesores entregar la evaluación el día..." por "se recuerda que la entrega de la evaluación es el día..".
Estas son solo algunas de las reglas básicas para tomar en cuenta cuando se busca comenzar a hablar el lenguaje. La RAE permite en ciertas ocasiones el uso de estas normas, mientras que no se caiga en la redundancia y sea fácil de comprender para el lector o escucha.