Este martes el Parlamento de Uganda aprobó un nuevo proyecto de ley contra la homosexualidad, pese a que Yoweri Museveni, el presidente del país, pidió que se suavizara el texto original tras una dura condena de Occidente.
Antecedentes
El presidente Museveni se negó a ratificar el polémico proyecto aprobado por el Parlamento el pasado 21 de marzo y pidió que no condenara la identidad de las personas como tal (personas que pertenecen a la población LGBT+) sino sus actos.
"Quiero instar a los miembros del Parlamento a que se mantengan firmes. Ninguna intimidación nos hará retractarnos de lo que hemos hecho (...). El mundo occidental no vendrá y gobernará Uganda", afirmó hoy la presidenta del Parlamento, Anita Among, tras aprobar la Cámara el nuevo texto con la oposición de un único diputado.
Sin embargo, la Comisión de Asuntos Legales y Parlamentario secundó la petición del presidente y sí anuló las cláusulas que aludían a la identidad. Así pues, según la presidenta de la comisión, Robina Rwakoojo, esa enmienda procede porque "la intención del proyecto es criminalizar los actos sexuales cometidos por personas del mismo sexo y no castigar a una persona con base en su sexualidad percibida o apariencia física".
Cambios en el Proyecto de ley
Aunque se mantiene el castigo de pena de muerte por el delito de la "homosexualidad agravada" (término amplio usado para referirse al hecho de mantener relaciones íntimas con un menor de edad u otros grupos vulnerables); se ha eliminado la cláusula que obligaba a los ugandeses a informar actividades homosexuales sospechosas (o podían enfrentar seis meses en prisión), ya que ahora nada más sería obligatorio en caso de que los presuntos delitos sexuales sean contra niños o “personas vulnerables”, con una pena aumentada a cinco años de edad.
De acuerdo con el nuevo borrador, cualquier persona que "promueva la homosexualidad a sabiendas" puede ser condenada a hasta veinte años de cárcel, una disposición que no se modificó con respecto al proyecto de ley original.
Finalmente, este nuevo proyecto de ley se enviará otra vez a Museveni, quien nuevamente puede optar por usar su veto o convertirlo en ley.
Con información de agencia EFE