En el último par de años un sector de la población sexo-genérica se ha visto envuelta en cierta polémica con respecto a sus identidades, específicamente los hombres trans y las personas no binarias, ya que al no identificarse como "mujeres" ellxs no pueden entrar en esta categoría cuando se refieren a procesos biológicos del cuerpo humano.
Por lo que algunas instituciones, profesionales y espacios prefieren hacer uso de la terminología "personas menstruantes / gestantes", no obstante, esto no queda libre de la polémica, generado diferentes puntos de vista tanto a favor como en contra haciendo de ello un inevitable “lado” de la historia.
"Personas menstruantes / gestantes ". Población transmasculina y no binaria
Según Bioetica UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), la menstruación es solo una función biológica de ciertos organismos gestantes, asignando tal hecho como exclusivo de las mujeres.
Sin embargo, existen personas que no encajan en la definición de "mujer" y con ello experimentado marginación, estigmatización y discriminación. Especificando que no es necesario asignar un género a funciones corporales de los cuerpos menstruantes, y así poder incluir a todas las identidades sin dejarlas de lado, respetando así su autonomía e identidad.
Por otro lado la Unión Transmasculina Andina (UTA) en su investigación: "LOS HOMBRES NO LLORAN: Prejuicios sobre las identidades transmasculinas en la Región Andina", establecen que de hecho existen necesidades no resueltas que involucran la capacidad menstruante y gestante de las personas, en especial con el cuidado de las transmasculinidades y la generalización que estás experiencias solo habitan en las mujeres cisgénero; hecho que según UTA aniquila a los hombres trans y personas no binarias que desde luego viven estos procesos biológicos.
Polémica “eliminación del sujeto político”
Como parte de la polémica surgida a raíz de la denominación "personas menstruantes/gestantes" ciertos sectores han alzado la voz como respuesta a su inconformidad especialmente grupos feministas, al interpretar este uso lingüístico como una clara eliminación del sujeto político, es decir, la mujeres.
Según la antropóloga feminista Marcela Lagarde y de Los Ríos la utilización de esta terminología representa un intento más por invisibilizar y deshumanizar a las mujeres, insistiendo que: “si hay un cambio de nuestro nombre, provendrá de nosotras mismas, no de nadie más”.
Recordando que la historia patriarcal siempre ha existido y a través de ella se ha intentado borrar a las mujeres del mapa histórico, social, cultural y político. "Llamar así a las mujeres es una equivocación y espero no tener que lamentarla (…) No todo es cuerpo en las mujeres y lo que es cuerpo es experiencia vivida, no es naturaleza”.