Amnistía Internacional alertó este día sobre el campo de refugiados de Kakuma Kenia, ya que considera es un lugar “inseguro” para las personas LGBTTTIQA+ que ahí habitan ya que constantemente experimentan ataques y abusos a sus derechos humanos.
Irungu Houghton, director ejecutivo para Kenia dijo al respecto que:
"A pesar de que la Constitución de Kenia protege la vida y la dignidad de todas las personas, los solicitantes de asilo LGBTI sufren discriminación, así como actitudes homofóbicas por parte de los funcionarios gubernamentales, la Policía y otras entidades".
Al presentar un un informe detallado a la Comisión Acciona de Derechos Humanos de gais y Lesbianas, además añadió que:
"Esto a menudo se traduce en retrasos en el procesamiento de las solicitudes de asilo, hostigamiento, ataques homofóbicos violentos, amenazas e intimidación, así como oportunidades extremadamente limitadas para la integración local o el reasentamiento en un tercer país".
Asimismo, el investigador de AI sobre los derechos de los refugiados y migrantes, Victor Nyamori, señaló que los refugiados LGBTIQ de Kakuma han resistido "abusos graves contra los derechos humanos, incluidas violaciones de su derecho a no ser torturados ni maltratados" simplemente "por su orientación sexual, identidad o expresión de género".
"Los crímenes de odio tienen un impacto pernicioso y duradero en los supervivientes y las comunidades y son necesarias una respuesta coherente y exhaustiva de los creadores de políticas, los funcionarios encargados de hacer cumplir las leyes y el sistema de justicia penal", indicó, por su parte, la directora ejecutiva de la NGLHRC, Njeri Gateru.
Así, la NGLHRC y AI pidieron al Gobierno de Kenia que:
"Garantice con urgencia la seguridad física y psicológica de todos los solicitantes de asilo y refugiados LGBTI en el campo de refugiados de Kakuma", así como el reasentamiento de las personas "que necesitan seguridad en un tercer país".
El informe de ambas organizaciones recoge testimonios como el de Esther, una mujer lesbiana de 41 años, que ha denunciado haber sido violada en dos ocasiones en el campamento de Kakuma.
Los investigadores también hablaron con Winnie, una mujer lesbiana, a la que unos atacantes destrozaron su colmado e hirieron a su hijo después de acusarle de atraer a personas LGBTIQ. La Policía se negó a investigar este crimen pese a que Winnie lo denunció.
En el campamento de Kakuma (noroeste), uno de los más grandes de Kenia, viven más de 200.000 solicitantes de asilo y refugiados, incluidas centenares de personas LGBTIQ. El código penal de Kenia, donde las personas del colectivo LGBTIQ sufren a menudo estigma y discriminación, castiga las relaciones homosexuales con hasta catorce años de prisión.
Con información de EFE.