El “faje” es un término coloquial que sirve para nombrar a cualquier interacción que involucre, con fines eróticos o sexuales, frotar, acariciar o estimular los genitales junto con otra persona, pero (esto es importante) sin llegar a la penetración.
Se puede decir que el faje implica intimidad y excitación como producto del contacto físico y puede resultar una práctica sexual agradable sin terminar en el coito.
Conocer tu propio cuerpo (es decir, tus zonas erógenas) te permitirá disfrutar mejor de los fajes, ya que puedes pedirle a tu pareja sexual que estimulen más ciertas zonas, intensificando tu deseo.
Consejos para disfrutar más de esta práctica sexual
Cada persona y pareja decidirá sus propios límites, pero te compartimos a continuación algunos consejos que pueden serte útiles durante los fajes.
1. Higiene
No nos referimos nada más a la higiene de los genitales sino de todo el cuerpo. El hecho de que no sea una actividad que termine en coito no implica que pueda haber falta de aseo ni en genitales ni en otras partes del cuerpo.
Además, esto te ayudará a prevenir enfermedades.
2. Lubricantes
Aplicarte un buen lubricante reducirá la fricción y evitará que ambxs se lastimen. Asimismo, los frotamientos fluirán más y la experiencia resultará muy placentera.
3. Protección
En el faje no hay coito, pero la protección sexual, ya sea con condones o barreras, les ayudará a prevenir enfermedades de transmisión sexual (ETS).
¿Por qué se requiere protección? Debido al posible contacto entre fluidos corporales tuyos y de la persona con que tengas el faje.
Consideraciones finales
Por último, no olvides que se trata de una práctica sexual consensuada, así que toma en cuenta las reacciones de la otra persona y disfruten del momento.