Si bien la masturbación es una actividad sexual sana y perfectamente normal, un comportamiento compulsivo de esta acarrea problemas para quien lo padece.
La masturbación por sí misma no es nociva hasta que se convierte en una actividad que, además de generar placer, interfiere en la vida diaria o se utiliza como vía de escape de la realidad.
Aunque los síntomas de la masturbación compulsiva varían de una persona a otra, algunos son la incapacidad de controlar los impulsos de masturbarse, disminución de la satisfacción sexual con una pareja o la necesidad constante de ver material pornográfico o erótico.
Quienes se masturban de manera compulsiva pueden experimentar vergüenza o culpa, lo que afecta sus relaciones sociales e íntimas, además del desempeño en áreas como el trabajo, el estudio o la familia.
Aunque se cree que afecta más a hombres jóvenes, no discrimina género ni edad.
Tratamiento
Terapias cognitivo-conductuales se revelan como opciones efectivas contra la masturbación compulsiva, las cuales actúan a través del aprendizaje de habilidades de afrontamiento alternativas a situaciones que detonan la masturbación compulsiva.