Pese a que la llegada de la película en formato live action de “Barbie” ha sido muy esperada y a que, seguramente, será todo un éxito, no podemos olvidar que la muñeca más famosa de Mattel fue, por mucho tiempo, motivo de duras críticas debido a que reforzaba estereotipos de belleza y de figura inalcanzables.
Amada y odiada casi por igual, fue el juguete más pedido por varias navidades y generaciones hasta ser desplazada por las nuevas tecnologías (los números a la baja en sus ventas de los últimos años lo confirman) pero, reitero, ahora todo mundo habla de “Barbie” y este curioso fenómeno ha sacado a la luz algo que había sido por mucho tiempo un secreto a voces: A los hombres también les gusta Barbie. Y también les gusta el color rosa. Y también irán a ver la película, pero siempre y cuando dejen de lado su ‘masculinidad frágil’.
¿A qué me refiero con esto? Bueno, pues resulta que Ryan Gosling, el actor que interpreta a uno de los Ken (el principal) en la película, contó en una alfombra roja de estreno que algunos hombres se le acercaban a decirle, casi en susurro, que estaban emocionados por la cinta, mas no se atrevían a confesarlo “a viva voz”, ¡como si su (hetero)sexualidad fuese a quedar en duda por el simple hecho de ver esta película!
Sin lugar a dudas, la famosa muñeca colocó estándares inalcanzables para las niñas y también fue, por mucho tiempo, un ícono asociado a la feminidad y, por tanto, jugar con alguna de ellas fue impensable para muchos ‘hombres’, pero creo que ya va siendo hora de que entendamos de una buena vez que ni los juguetes ni los colores, ni mucho menos las películas, definen nuestra identidad u orientación, ni tampoco nos vuelven más o menos frágiles…