Si bien los perros y los gatos suelen ser mascotas muy queridas, e incluso son capaces de convivir juntos; existen diferencias en cuanto a sus necesidades y cuidados que harán que te decantes por uno u otro a la hora de elegir a tu próxima mascota.
Perros
Debido a su instinto de ser parte de una manada, los perros se acostumbran a la cercanía y atención; así que tu perro sufrirá estando solo mucho tiempo, casi como lo haría un niño pequeño sin sus padres.
Gatos
Su instinto de caza los vuelve animales territoriales e independientes. A ellos les gusta su espacio, aunque hay que destacar que cada gato es distinto y algunos son más sociables que otros y, contrario a lo que se piensa, sí son capaces de desarrollar fuertes lazos con sus dueños.
¿El espacio importa?
En el caso de los perros, que necesitan ejercitarse al aire libre, pueden salir a pasear y “liberar su dosis de energía diaria”, independientemente de que vivan en un espacio reducido. Sin embargo, es más fácil que un gato se adapte a un espacio pequeño ya que liberan su energía con juegos, cajas u otros objetos sencillos.
Otros factores
Tu presupuesto puede ser importante a la hora de elegir a tu mascota ideal, ya que los perros suelen requerir más cuidados y atención; pero también influye tu propia personalidad y expectativas (¿quieres un compañero independiente, o uno que te haga mucha compañía?).
¡Son terapéuticos!
Tanto perros como gatos sienten afecto por sus dueños y no juzgan, así que ellos no distinguen entre identidades u orientaciones. Mucho mejor que cualquier persona LGBTfóbica a tu alrededor, tu mascota no te juzgará y se volverá tu mejor aliado.
¡Importante!
Por último, es necesario aclarar que, aunque los perros y gatos son diferentes, cada animal tiene sus particularidades y, por tanto, no hay como tomar sabiamente tu decisión ya que tener una mascota implica una responsabilidad de por vida y tanto los perros como los gatos merecen amor y afecto, y no ser abandonados.