El día de hoy, 8 de noviembre, se conmemora el Día de la Solidaridad Intersexual, también llamado Día de la Memoría Intersex (DMI), que es como se le suele abreviar a esta condición biológica (porque no es una orientación ni identidad sexual) que, por mucho tiempo, fue llamada, erróneamente, “hermafroditismo”.
Esto es lo básico para entender la intersexualidad
A grandes rasgos, la intersexualidad describe a personas con cuerpos que no coinciden con lo que se considera, canónicamente, como masculino o femenino (aunque cada caso es particular).
Por ejemplo, una persona intersexual puede nacer con una anatomía (reproductiva o sexual) fuera de la norma, como tener características físicas de un hombre y códigos genéticos de una mujer.
En estos casos, se puede afectar la apariencia externa o la interna de los genitales, o bien se desarrollan, en mayor o menor medida, ambas gónadas.
No es una patología
Uno de los principales puntos del movimiento intersexual es aclarar que esta no es una enfermedad, ya que las personas intersexuales pueden llevar una vida normal. Por tanto, es un error la mutilación genital para forzar a un cuerpo intersex a “encajar” en lo que debe o no ser un hombre o una mujer.
No se dice hermafrodita, sino intersexual
Un organismo hermafrodita tiene características reproductivas masculinas y femeninas, a la vez, y es capaz de reproducirse sin contacto con otro, ya que este es capaz de producir esperma y óvulos. En cambio, la persona intersexual es incapaz de autoconcebir a un ser humano y sus cuerpos no tienen la anatomía de los organismos hermafroditas. Así pues, el término correcto para personas es intersexualidad.
Día de la Solidaridad Intersexual
La conmemoración de esta fecha, el 8 de noviembre, se instituyó en 2004, eligiendo este día por haber sido el nacimiento de Herculine Barbin, de origen francés. La vida de Herculine, como intersexual, fue difícil, ya que al nacer, en 1838, le definieron como mujer, pero a los 22 años le legalizaron como hombre tras percatarse de que tenía un micropene y testículos internos, y le obligaron a vestir ropas masculinas.
Herculine, quien tuvo que “readaptar” toda su vida, se suicidó a los 30 años, y conocemos su caso gracias a Michel Foucault, quien al encontrar sus memorias escribió: “¿Tenemos necesidad de un único sexo verdadero?”, algo que fue replicado y retomado por otros pensadores influyentes posteriormente, y fue clave para el cuestionamiento acerca de toda la gama de posibilidades que existe dentro del sexo más allá de lo normativo.