Pese a los derechos que la población LGBT+ ha ganado en varios países durante los últimos años no podemos ignorar que al día de hoy sigue existiendo mucha transfobia y, lo que es peor, por parte de la misma comunidad LGBTTTIQAP+.
A grandes rasgos, la transfobia se define como la discriminación hacia personas que se identifican dentro del paraguas trans (término que suele incluir a travestis, así como personas transexuales y transgénero, de ahí que dentro de las siglas “LGBTTTIQAP+" se repita tres veces la letra “T”).
La transfobia se manifiesta no solamente en el acceso a servicios o empleo a personas trans, sino también en estigmas y actitudes de discriminación por parte de otras personas LGBT+.
Transfobia dentro de la misma comunidad LGBT+
El desconocimiento sobre la diversidad de identidades genera que existan personas, incluso dentro de la misma comunidad sexogenérica, a quienes les cueste entender y/o respetar las identidades trans y caen en comentarios ofensivos (transfóbicos) negación de identidades y exclusión.
Otro factor que influye en la transfobia por parte de la comunidad LGBT+ son los prejuicios y estereotipos de género, ya que el ser LGBT+ no impide el haber crecido en entornos cisgénero y reproducir prejuicios transfóbicos.
Aunque sean “de broma”, comentarios que invalidan los pronombres con los que las personas trans desean que se les identifique son rasgos transfóbicos.
Evitemos la transfobia
La población trans ya sufre demasiado odio y discriminación como para que todavía se les rechace en entornos LGBT+ que, se supone, deberían ser seguros para ellxs.