Este martes, el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil equiparó a la homofobia, bifobia, lesbofobia y transfobia con la injuria racial, con lo cual será contemplada como racismo, un delito que no permite la fianza y tampoco prescribe.
Con esta acción, la Corte Suprema corrigió una interpretación que retiraba parte de la aplicabilidad de la ley sobre injuria racial sancionada en enero pasado por el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, en una de sus primeras acciones desde que asumió su tercer mandato.
La máxima corte atendió un pedido de la Asociación Brasileña de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestís, Transexuales e Intersexos (ABGLT) que pedía considerar las ofensas contra la comunidad LGBTTTIQAP+ como injuria racial, tipificada como racismo.
Ahora, quienes ofendan a una persona por su género u orientación sexual serán encuadrados de igual forma a los que discriminan por raza, color, etnia, religión u origen.
Ley de injuria racial
Aprobada en diciembre por el Congreso y sancionada este año por Lula, esta ley elevó las penas de entre uno y tres años a entre dos y cinco años de reclusión.
Además, la pena por injuria racial, tipificada dentro del Código Penal como racismo, puede ser doblada cuando el delito sea cometido por dos o más personas y se aplica también a los casos que se presenten en los partidos de futbol u otros eventos deportivos, culturales o religiosos.
Con la nueva legislación, los condenados por injuria racial en los estadios estarán impedidos de ir a estos durante tres años después de cumplir la pena en la cárcel.
Desde 2019, la LGBT-fobia era considerada como racismo, pero con la ley de injuria racial había quedado un limbo en su interpretación para los casos con personas LGBT+.
Con información de agencia EFE
JN