Derechos

Asociación boliviana empodera a las mujeres y les enseña sobre violencia machista

Flora Silva es optimista frente a los resultados de sus programas, ya que ahora muchos de los esposos de las participantes las alientan para que no dejen de asistir, ya sea porque tendrán asegurada alguna delicia para la hora del té, o porque “les gusta que sus mujeres vayan aprendiendo cuáles son sus derechos”

El trabajo se hace en talleres abiertos para todos los pobladores y también en grupos de mujeres que se reúnen dos veces al mes donde Silva también procura promover valores como el compañerismo o la empatía. UNSPLASH/aboodi vesakaran
El trabajo se hace en talleres abiertos para todos los pobladores y también en grupos de mujeres que se reúnen dos veces al mes donde Silva también procura promover valores como el compañerismo o la empatía. UNSPLASH/aboodi vesakaran
Por:  Diverso

Este lunes se dio a conocer la nueva iniciativa de la asociación boliviana "Nayrar Sarapxañani", mediante la cual Flora Silva busca promover el empoderamiento de las mujeres de comunidades rurales con las que también comparte el contenido de la ley contra la violencia machista.

La Asociación "Nayrar Sarapxañani", dirigida por Flora Silva y presidida por el sacerdote español Diego Plá, emprende programas de educación, nutrición y salud en las comunidades aimaras y quechuas del municipio boliviano de Mocomoco, a unos 218 kilómetros de La Paz.

Plá fue párroco de Mocomoco durante 14 años y cuando fue llamado a La Paz en 2019 con una nueva misión en la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Silva quedó prácticamente a cargo de todo el proyecto, aunque siempre con el apoyo del sacerdote.

Con la asociación echaron a andar iniciativas como los comedores para escolares de las comunidades de Pacobamba e Ingas, proyectos de reforestación y reciclaje y ahora el programa para mujeres "porque son vulnerados sus derechos", explicó Silva a EFE.

"Trabajamos en esta zona porque hay mucho maltrato hacia las mujeres, entonces hemos hecho hincapié en la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida libre de Violencia", señaló Silva.

Rompiendo ciclos

Nacida en Mocomoco y de origen aimara, Flora Silva pudo constatar en su trabajo que el origen de las peleas en los hogares son la desconfianza, la cuestión económica y el consumo de alcohol.

"Y como han crecido en una sociedad violenta, ellos repiten la historia", lamentó.

Fue precisamente un feminicidio ocurrido hace unos seis años en Mocomoco lo que motivó a la mujer a "hacer algo" para que las nuevas generaciones rompan estos ciclos.

Además vio la necesidad de promover el empoderamiento en las comunidades para que las mujeres "vayan aprendiendo un oficio para generar un ingreso y así poder ayudar en sus casas", comentó.

Así gestó el programa en el que enseña a las mujeres a coser polleras y enaguas, a preparar bollería y también les enseña la ley contra la violencia machista o ley 348.

"Mi idea es no sólo el generar un ingreso en sus casas, sino poder empoderarlas en muchos ámbitos, que sean líderes en sus comunidades, que puedan hablar, pedir permiso con maneras para poder entrar en una reunión" comunal, explicó.

El trabajo se hace en talleres abiertos para todos los pobladores y también en grupos de mujeres que se reúnen dos veces al mes donde Silva también procura promover valores como el compañerismo o la empatía.

Las protagonistas

La imparable Flora Silva, cuya vida transcurre entre La Paz y Mocomoco, apeló a la pastelería para explicar a las indígenas sobre la ley 348, ya que el proceso para hacer un bizcocho "es delicado" frente a la dureza con que se amasan las marraquetas, los panes típicos de La Paz.

"En lo que les enseñaba el proceso de elaborar un pastel o un bizcocho, era decirles (que) van a tocar la masa despacito, no torpemente, y así es como quiero que ustedes traten a sus hijos y sean tratadas por su pareja también", comentó.

Flora Silva es optimista frente a los resultados de sus programas, ya que ahora muchos de los esposos de las participantes las alientan para que no dejen de asistir, ya sea porque tendrán asegurada alguna delicia para la hora del té, o porque "les gusta que sus mujeres vayan aprendiendo cuáles son sus derechos".

De hecho, la joven Nora Choconapi, que integra el grupo más nuevo creado en Mocomoco en agosto, manifestó a EFE sus ansias de aprender sobre la ley y los oficios para generarse un ingreso propio.

"En todo el país hay mucha violencia no sólo hacia las mujeres, también en los varones. Tenemos que aprender sobre las violencias. Hay mucho feminicidio y nos están enseñando cómo ya no puede haber esa violencia", expresó.

Por su parte, Lourdes Cinchero es del grupo de Ingas y destacó que la pastelería y la costura son algo "bueno" para sus hogares y para "salir adelante".

"Aquí no tenemos economía y la hermana (Flora) nos está ayudando mucho. Ella nos da telas, agujas, todos los materiales para coser", explicó a EFE.

Con información de agencia EFE

JN

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