Firmada en 1948 nace la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DHDH) cuyo artículo primigenio estable lo siguiente: "Artículo 1: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros".
Textualmente se lee perfecto, pero qué ocurre en nuestro contexto social. Era el año 2021, plena pandemia COVID-19, la vida académica y la mayoría de empleos transcurrían de forma virtual y desde esta nueva realidad se viraliza el ya famoso vídeo "compañere".
Andra Escamilla, estudiante con identidad no binaria exigía durante una de sus clases virtuales, se respetara su identidad, ya que ella se autopercibe como una persona no binaria haciendo uso de su derecho a la libertad, la dignidad y se supone la "fraternidad" de los unos con los otros.
Sin embargo, la respuesta fue completamente ajena a este declaratoria. Con un sin fin de comentarios, publicaciones y generación de contenido, recibió ataques de todo tipo, en general llegando a la burla, la invisibilización y por ende la humillación a su persona, por un motivo de identidad, tan solo por ser quien es.
¿Qué es ser una persona no binaria?
En el marco de los estudios de género la identidad no binaria es la denomiación que utilizan la personas que asumen su identidad fuera del binarismo del género, es decir que no se perciben totalmente masculinas o femeninas, pudiendo navegar entre ambas o desde un punto neutro.
Es importante mencionar que aunque la identidad no binaria existe dentro del contexto transgénero, no todas las personas transgénero se identifican como no binaries. Ya que el binarismo depende de la autopercepción de cada persona.
¿Por qué la identidad no binaria es una cuestión de dignidad humana?
La Dra. Lucia Ciccia investigadora de Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónama de México (UNAM) explica que el hecho de que existan dos géneros normalizados, es solo parte de un sistema sexo/género normativo. Destacando que la orientación sexual y la identidad de género no tiene nada que ver uno con el otro.
Es decir, la construcción de nuestra identidad se crea bajo una idea normalizadora de solo dos opciones, dejando de lado e invisibilizado a cualquier persona que se identifique fuera de esta caja, haciendo de su existencia un componente de estrés, preocupación y depresión.
La identidad no binaria va mucho más allá de "una moda", se trata de un claro ejemplo de dignificación humana donde la percepción de cada persona es importante ya que su identidad establece su propia existencia; la burla, la invisibilización, la ridiculización y el ataque a esto vulnera completamente la dignidad, violando sus garantías más importantes como ser humano: la libertad, dignidad e identidad.
Paulina Chavira periodista y asesora lingüista recuerda que nada de esto es una imposición, es decir, no es obligatorio sin embargo, si una persona no binaria esta delante de ti y te pide expresamente que no se identifica como él o ella, es imperativo respetar sus pronombres e identidad, tan básico como si de su nombre se tratara.